El debate está focalizado en el uso del plomo como munición, ya que no se pide prohibir la caza de palomas.
El debate está focalizado en el uso del plomo como munición, ya que no se pide prohibir la caza de palomas.
El plomo es uno de los metales más contaminantes.
En Santa Fe, donde es intensa la caza de patos en humedales, hace un año se reglamentó que un porcentaje de las municiones de cada cazador debían ser de acero.
En Córdoba, funcionarios y ambientalistas coinciden en que es impracticable el control real para verificar el tipo de munición, cazador por cazador. Y señalan que en Santa Fe quedó en letra muerta.
Los ambientalistas plantean que el único modo de evitar la contaminación con plomo es prohibir la venta y uso de municiones de ese metal. Los cazadores argumentan que el acero es menos efectivo (por menor peso) y que no se consigue en el mercado.